Me miras fijamente y no aparto la mirada. Hay tantos silencios sellados... que por un momento, cuánto dura la mirada, me siento capaz de explicar cada una de mis contradicciones. Soy capaz de pensar en todo y nada a la vez... capaz de mostrarte cada uno de los rinconcitos de mi mente.
Pero son tantas las explicaciones que nos debemos, que algo me frena ese impulso liberador... quedando frágil y necesitada de un abrazo sincero que explique lo que no esté escrito, lo que jamás hablaremos.
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