Despertador. Siete y media. Sí, casi como esa canción de Nachete, pero no, no puede traer nada bueno. Ducha, bien fría si es posible para combatir este bochorno. Ropa. Hmm, sí, eso, ropa. Dichosa ropa, la de dinero gastada en ella y, en el fondo, nada que te convezca. Blanco, oh, sí, optas por el blanco inmaculado sin pensar en los bichos tropicales que habitarán pegada a ella en un par de horas. Nueve y cuarto. Parada del autobús, lejos del contacto con la lluvia. Pero no, no era la adecuada. Diez menos cuarto. Tú última oportunidad para llegar puntual, pero oh, no quieren diez euros. No quieren unos jodidos diez euros. Entonces, ¿por qué los inventaron? Diez en punto. Oh-oh, cómo diría alguien. Ya llegas tarde. Tachán, ahí está el bus. Diez y veinte, pero ¿y qué? Sigues llegando tarde.

A pesar de todo puedo decir que eres más bonito que la voz de McCartney en Eleanor Rigby. Y que hace calor. Mucho calor.

2 comentarios:

Friki Runner dijo...

Tenemos otra cosa en común, el despertador te suena a la misma hora que el mío.

Muaaaccccckkk!!!

deadbeat dijo...

Cómo puede ser que te quiera TANTO?! Yo no me lo explico.
(L)