Adoro las tardes de otoño en las que por mi ventana puede apreciarse un cielo gris a punto de romper en lluvia, y observar la mesa y encontrarme con un taco de apuntes. O al menos al inicio de la tarde. Por eso hoy es un día deprimente/depresivo en el que estudiar es lo más remoto de lo apetecible. Teoría del Derecho, pase, pero Instituciones de la UE, no gusta nada.
Ojalá que mañana el cielo esté encapotado y estudiar a los cirenaicos, estoicos, Platón, Sócrates, Aristóteles, San Agustín, Santoto (como en los viejos tiempos), Kant o Hobbes resulte apasionante. Odio madrugar... (y me gusta cuando duermes).

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