Y todas las playas de este mundo, caprichosos sombreritos de muchacha, prendas de finísimo tejido en azul, verde, rojo, sandalias paganas en pies morenos de uñas pintadas, parasoles multicolores, sonrisas fulgurantes, espaldas desnudas, manos, nucas, adorables cinturas, caderas podridas de dinero, todas las maravillosas playas del litoral reverberando dormidas bajo el sol, una música suave, ¿de donde viene esa música?, esbeltos cuellos, limpias y nobles frentes, cabellos rubios y gestos admirablemente armoniosos, bocas pintadas, concluidas en deliciosos cúmulos, en nubes como fresa, y tostadas, largas, lentas y solemnes antepiernas con destellos de sol igual que lagartos dorados, esa música, ¿oyes?, ¿de dónde viene esa música?, mira la estela plateada de las canoas, la blanca vela del balandro, el yate misterioso, la espuma de las olas, esa canción, esa foto, el olor de los pinos, los abrazos, los besos tranquilos y largos con dulce olor a carmín, los paseos al atardecer sobra la grava del parque, las noches de terciopelo, la disolución bajo el sol...

6 comentarios:

Adriana Pujol García dijo...

cuando te pones, lo haces a lo grande no? ¬¬

Anónimo dijo...

Qué libro tan tan excelente.

Kynnthia dijo...

A mi tb me asusta la idea de que alguien me corte las alas.. o de llegar a ahacerlo yo.

Un saludoo :)

Marina Feduchy dijo...

Hoy. Hoy no te escaparás. (;

Anónimo dijo...

Lo de la crisis existencial es generalizado por lo que veo. La tarde de ayer se repetirá cuando usted mande, aunque yo estoy que me caigo.

Por cierto, tengo algo que proponerte. A ver si hablamos pronto y me cuentas.

Dara dijo...

lista de cosas que hacen que se te ponga una sonrisa gigante en la cara



meu
de
tarta