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Querer explotar y no poder. En eso lo resumiría todo. Y de nada sirve venir aquí y darle cien vueltas. No cambia nada y ni siquiera consigue calmarme. Al fin y al cabo lo único que necesito son hechos. Como dicen ciertos catalanes, las palabras no funcionan, y ahora me doy cuenta de la inmensa verdad que recoge la frase. Suerte que siempre nos quedará la música...

1 comentario:

Flaviani. dijo...

Es cierto que las palabras no funcionan, pero nos gusta regarnos los oídos con ellas