Lo habré dicho una y mil veces, pero es que de verdad que es increíble el poder de la música. Te levantas Mrs. Hyde y pones a Jota para retroalimentar esa sensación, ese lado oscuro. Pero factores externos te lo impiden y entonces qué. Diría que el mundo conspira, pero ni siquiera. Basta ya de tanto protagonismo. Al mundo le das igual, absolutamente igual. No te sobrevalores, no pienses que alguien se toma el esfuerzo de hacerte la vida imposible, porque ni siquiera sirves como diana para las flechas de los demás. Y justo este pensamiento aparece en el preciso instante en que tu orden aleatorio elige que escuches Fix you y el Sol que luce más allá de tu ventana parece explotar. El apocalipsis. Al menos el tuyo en particular, Adriana. Lo sola que me siento los domingos me da miedo, mucho miedo. Pero en fin, ya debería acostumbrarme a este abismo existencial, sobre todo ahora que se está expandiendo y abarca a los antes insólitos sábados.

Me da un escalofrío cada vez que leo mis apuntes de Estructura Económica, doy gracias por tener una casa y sobrepasar el umbral de pobreza y, automáticamente, decido torturarme por mi puto victimismo y el de los demás.

1 comentario:

Von Trier dijo...

Si por cada vez que nos diésemos cuenta de lo afortunados que somos, nos echáramos a llorar, el mundo sería un gran mar de lágrimas.