Juré que nunca más pondría ese disco, que jamás volvería a escuchar esas canciones, pero mi determinación es tan volátil como una flor de ángel. En mi vida al final todo regresa, pero siempre de un modo incompleto, y ahí reside el problema. Vuelven los recuerdos, las imágenes de aquello, pero quien lo protagonizó siempre queda estancado en el pasado, siempre duerme plácidamente en su cama mientras me dejo torturar en mi respectivas sábanas rescatando incluso los olores de esos años. Y qué voy a hacer si lo adoro al mismo rato que lo maldigo. Sigues siendo tú quien me completa, amén de que lo desmienta en cada instante. Y si no vas a regresar, si continúas tu camino en algún lugar lejos de mi universo, no me impidas recrearme en tu dedo bajando por mi garganta, en tu olor entremezclándose con el mío, en las sábanas que se comportaban como una extensión de la persona que tú y yo formábamos. Todavía no sé si fue tu toxicidad o la mía la culpable de destruirlo, pero qué importa eso a estas alturas, cuando las fuerzas flaquean y lo único que quiero y necesito es desfallecer del todo, terminar el show. Dame fuego y pulsa el play.


No hay comentarios: