Estábamos sólos en mitad de la concurrida calle. No nos conocíamos de nada pero íbamos a una. Muriendo de frío, a punto de la congelación. Y ahora quizá lo mejor sería no buscar explicaciones y rendirse, pero aquí estoy, día tras día, noche tras noche. Oh, interminables e indecentes noches.

1 comentario:

Vértigo dijo...

Noches reversibles.
Me encanta el texto de ''Se reía con nerviosismo mientras hablaba...'' Total y absolutamente.
Espero que le valla bien Miss Carrusel :)