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A pesar de que el cupo esté completo y ya no pueda hablarse de vasos llenos ni de gotas que los rebosen, de que las caídas cada vez sean peores, de que el vacío interior y los problemas existenciales parezcan insoportables; siempre quedará esa llamada, esperarte en Callao, abrazarte, secarte las lágrimas a las seis de la mañana en un metro cualquiera, las tartas sorpresas, los cigarros furtivos, las frases y las canciones que os esconden en cada palabra y en cada silencio, los ronquidos molestos y los abrazos aliviantes.
En definitiva, siempre me quedaréis vosotros, mi droga particular.
A pesar de que el cupo esté completo y ya no pueda hablarse de vasos llenos ni de gotas que los rebosen, de que las caídas cada vez sean peores, de que el vacío interior y los problemas existenciales parezcan insoportables; siempre quedará esa llamada, esperarte en Callao, abrazarte, secarte las lágrimas a las seis de la mañana en un metro cualquiera, las tartas sorpresas, los cigarros furtivos, las frases y las canciones que os esconden en cada palabra y en cada silencio, los ronquidos molestos y los abrazos aliviantes.
En definitiva, siempre me quedaréis vosotros, mi droga particular.
Octubre 2010, Picnic Bar
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