-
Dicen que cada persona es un mundo distinto, que entre todos formamos una galaxia con sus constelaciones, con distintos planetas y sus respectivos satélites. Que no somos más que un cúmulo de circunstancias, de personas, de acontecimientos, de objetos, de sentimientos, de hechos, de viviencias, de problemas, de alegrías, de recuerdos. Somos idas, somos venidas. Somos la atención que nos dispensan los demás. Los sentimientos que despertamos en el resto. Somos pensamientos, ideas, planes, locuras, instantes. Somos uno mismo, somos el otro cuando entra en contacto nosotros. Somos unidad, somos pluralidad. Camaleónicos, por decirse de algún modo. Pero yo, ahora mismo, no soy más que un círculo vacío. Personas, planes, ideas, acontecimientos, pensamientos... todos ellos rodeándome, afixiándome, porqué se que la realidad es que estoy sóla en el centro. Intentándome aislar con la circunstancia, siendo una víctima más de la cosidad cuando verdaderamente no hay nadie más conmigo ante el problema. Lloro, grito, fumo más de lo debido, y todo por algo que solo entiendo yo. Algo a lo que el mundo, mi mundo, parece ser indiferente. Estoy vacía, simple y llanamente vacía. Soy pura estaticidad.

No hay comentarios: