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Encerrada en mi cuarto, con Belle & Sebastian como banda sonora con la única finalidad de ayudarme a encontrar la calma, intento darle vueltas a mi estado anímico y, sobre todo, al mental para tratar comprender porqué actúo así. Qué hay detrás de mí que me mueve a ser como soy, a decir las cosas de la peor forma posible y en el peor momento. A moverme como una psicótica. Y luego me pongo a conjurar, decido que yo no tengo el problema y que si ya está dentro de mí es porque me lo han introducido a la fuerza. Ellos me han hecho ser como soy, más mala que buena, más loca que cuerda. Si me hubieran dejado hablar, si me hubieran escuchado cuando tenía algo que añadir, algo que contar distinto a lo que estaba escuchando. Si me hubieran permitido opinar, haberme hecho sentir como parte de un todo, donde mi voz pero también mi voto se oyeran, tuvieran algún tipo de influencia en el resultado final. Pero en fin, en el fondo ésto no es más que una hipótesis. El hecho y la realidad es que soy yo la que rompe vasos sin ningún tipo de reparo y se va dando portazos. Haciendo temblar a las paredes pero no a tu conciencia.
¿Es que no hay final?
Encerrada en mi cuarto, con Belle & Sebastian como banda sonora con la única finalidad de ayudarme a encontrar la calma, intento darle vueltas a mi estado anímico y, sobre todo, al mental para tratar comprender porqué actúo así. Qué hay detrás de mí que me mueve a ser como soy, a decir las cosas de la peor forma posible y en el peor momento. A moverme como una psicótica. Y luego me pongo a conjurar, decido que yo no tengo el problema y que si ya está dentro de mí es porque me lo han introducido a la fuerza. Ellos me han hecho ser como soy, más mala que buena, más loca que cuerda. Si me hubieran dejado hablar, si me hubieran escuchado cuando tenía algo que añadir, algo que contar distinto a lo que estaba escuchando. Si me hubieran permitido opinar, haberme hecho sentir como parte de un todo, donde mi voz pero también mi voto se oyeran, tuvieran algún tipo de influencia en el resultado final. Pero en fin, en el fondo ésto no es más que una hipótesis. El hecho y la realidad es que soy yo la que rompe vasos sin ningún tipo de reparo y se va dando portazos. Haciendo temblar a las paredes pero no a tu conciencia.
¿Es que no hay final?
2 comentarios:
No es cuestión de ser mala o loca, es simplemente que llegados a un punto, si cuando hablas con un tono normal no te escuchan, tiendes a gritar todo lo que sale de tus labios. Y es lo más normal del mundo, porque al menos intentas que te escuchen, ¿no?
Un muáh :]
Ya te he dicho lo que pienso.
Y que estaré siempre, pero de eso no me canso nunca. Te quiero.
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