Febrero 2010, Malasaña


Hace siete días Malasaña era nuestra, y tú y yo éramos felices, sin que nada importara más que arrancar carteles sucios y rotos de paredes que tanto amamos. Quemando nuestra ciudad, la que desde un 13 de marzo se ha convertido en testigo perenne de nuestra historia. Porque aunque cada vez el miedo a perderlo todo sea mayor, sólo necesito echar una vista a esos carteles para saber que somos como esas paredes, que seguiremos en pie pese a quien pese.

1 comentario:

deadbeat dijo...

TE QUIERO Y TE VOY A QUERER TODA MI VIDA