Es triste, muy triste, que malgaste el tiempo intentando convencerme de que, en el fondo, no soy tan egoísta. Es ridículo que trate de engañarme, porque cada día tengo más claro que ya he perdido mi capacidad de dialéctica. Ya no soy capaz de convencer a nadie. Tampoco puedo pretender negar lo evidente. Ni a los demás, ni a mí misma. Hoy la vocecita me dice algo así como «toc, toc, soy tu autoestima y vengo a aniquilarte». Así que irremediablemente me veo pasando el día tumbada en la cama escuchando canciones que probablemente alguien me haya dedicado en algún momento de su vida. Soy tóxica y creo que debería irme a un despoblado lugar para reformarme un poco.


También soy musicalmente recurrente, pero eso me da bastante igual. No quiero cambiarlo.

No hay comentarios: