Ante la evidencia, rendirse es la única solución. Así que allá voy yo, a repetir todo lo hecho en esta tarde porque un apagón ha venido a visitarnos mientras cenaba y adiós, archivo. A veces me replanteo la existencia, de verdad. A veces me freno a mí misma para decir muy alto, para casi gritar, hasta aquí tanta inutilidad, casualidad que hasta la frase en sí es absurda. Y ésa soy yo, la completa y recurrente inútil. Podría llorar, golpearme, intentar remediar mi actitud por la vía fácil, pero la vida es demasiado bella como para. No, voy a sonreír, voy a reírme hasta que se me desencaje la mandíbula, voy a cometer una y otra vez los mismos errores. En mi caos habitual y extrañez cerebral, la calma se obtiene de esta forma. De sencilla casi grotesca. Ya lo decía Wilde, sí...

1 comentario:

alfonso dijo...

a mi tambien me gusta cometer una y otra vez el mismo error